6-4-2022
Edición nocturna extraordinaria de El Mundo Deportivo (17-9-1945), p. 1
Creo que debo mi éxito en la Vuelta a Cataluña, además de a mi gran entusiasmo, al haberme sobrealimentado con Vit, el licor de huevo.
El Mundo Deportivo
Son palabras de obligado agradecimiento de Bernardo Ruiz a su peculiar patrocinador después de coronarse campeón de la Volta a Catalunya [entonces oficialmente Vuelta a Cataluña] de 1945.
Bernardo Ruiz y una publicidad del licor de huevo Vit
Sólo 27 corredores lograron acabar la vigesimoquinta edición de la Volta, que ese año fue una prueba de dos semanas con algunas jornadas de doble sector. En esa época convivían corredores de equipos «comerciales» como el del campeón Bernardo Ruiz, cuyo patrocinador principal era Tubulares Galindo, con corredores de clubes catalanes.(1) Los principales patrocinadores eran marcas de tubulares, con una gran pugna entre Galindo y Pirelli, que además era patrocinador oficial de la Volta. La cuestión del material tenía gran importancia por motivos comerciales y estuvo a punto de acabar con el grueso de la escasa participación extranjera: cuatro suizos que formaron un equipo patrocinado por un ingenioso futbolín llamado «Fútbol de sobremesa».(2)
Publicidad de Tubulares Galindo, EMD (17-4-2022), p. 4
Publicidad del «sensacional juguete», EMD (17-4-2022), p. 1
Además de la clasificación general o la de la montaña, existían curiosas clasificaciones secundarias como la que se disputaron en exclusiva los citados corredores suizos. Otra clasificación en boga en la época era la de los corredores militares (seis años después del final de la guerra civil, el servicio militar obligatorio duraba dos años).
En la clasificación final de militares no figura Francisco Tarragona que, aunque empezó con un octavo puesto en la segunda etapa, no logró finalizar la Volta. Llegar a participar en esa Volta no fue tarea fácil para el joven Tarragona, y hoy es posible conocer sus peripecias gracias al formidable archivo de correspondencia del Club Ciclista Gràcia.
La vida tenía un regusto amargo para Tarragona en su servicio militar en Viella. Dice:
Cuando uno siente como yo el deporte ciclista, tiene que sentir forzosamente nostalgia al enterarse por la prensa (que aunque tarde aquí llega) de la celebración de las primeras carreras de la temporada.
Carta de F. Tarragona al Club Ciclista Gracia, 27-3-1945
En su carta, Tarragona desea éxitos al Gracia, aunque no sin destilar fatalidad por los «nuevos valores» que terminarán metidos en «un rincón de mundo» (no deja de ser una bonita definición de Viella según se mire) y que, después de muchos sacrificios, tendrán que abandonar sus sueños por culpa del servicio militar. «¡En España se protege mucho el deporte!», exclama con ironía.
Carta manuscrita de F. Tarragona al Club Ciclista Gràcia (archivo del CCG)
El caso es que se movieron algunos hilos (cosas de esa época, y de otras) y Francisco Tarragona, el Quico, fue trasladado a Pobla de Segur. El empeño del Gracia para que su corredor pudiera entrenar no terminó ahí, como muestra una carta al vicario («distinguido amigo en Cristo») de Pobla de Segur en la que se le ruega que «atienda en todo lo posible» a Tarragona.(3) Esa ayuda básicamente se refería a conseguirle un destino que le permitiera entrenar y disponer de algunos permisos para disputar carreras, empezando por la tradicional carrera de Fiesta Mayor del barrio de Gracia.
Los últimos trámites son casi frenéticos. El 20 de agosto, el presidente Alemany se pone en contacto con Ramón Hernández Francés para que medie en la solicitud de un permiso para Tarragona, pues «se trata de un elemento deportivo que puede dar excelentes resultados en la prueba».(4)
Carta que confirma el permiso para Francisco Tarragona
Finalmente, los desvelos de su club tuvieron premio y Francisco Tarragona estuvo en la línea de salida de la primera etapa en Montjuic, donde el fundador de la carrera, Miguel Artemán, flanqueado por los primeros vencedores Masdeu, Magdalena y Martí, dio inicio a la edición de las bodas de plata.
La Vanguardia del 9 de septiembre, que abre con la noticia de la capitulación de Japón, da cuenta del abandono de Tarragona por «graves averías» en el curso de una etapa muy criticada. El pésimo estado de la carretera entre Cervera y San Fructuoso [San Fruitòs de Bages] provocó cinco abandonos en esa jornada, lo que llevó al redactor del diario a escribir que, «con etapas como la de hoy, llegaremos a Barcelona “en familia”».
Y si la Volta terminó el 16 de septiembre, a Tarragona todavía le quedaba mucha mili por cumplir, y en el archivo del Gràcia siguen encontrándose cartas suyas como esta del 28 de octubre en la que, en su característico estilo quejumbroso, lamenta a medias no haber podido participar en el Campeonato de España («de todos modos no me pesa, pues para hacer el ridículo a toda hora estoy a tiempo»).
Carta de F. Tarragona al CCG, 28-10-1945
(1) En la clasificación de clubes, el Hospitalet acabaría imponiéndose al Montjuic y al Sants, organizador de la Volta.
(2) Los suizos cambiaron la marca de tubulares con la que aparentemente habían firmado un convenio y estuvieron a punto de verse obligados a abandonar. Según cuenta La Vanguardia (8-9-1945, p.2) la situación se resolvió en una complicada reunión de madrugada en Tárrega.
(3) Carta de 14 de mayo de 1945, archivo del C.C. Gràcia.
(4) Carta de Alemany a Ramón Hernández Francés del 20 de agosto de 1945, archivo del C.C. Gràcia. Alemany pide para el soldado Tarragona un permiso desde el 29 de agosto hasta el 22 de septiembre y, exagerando la realidad, dice que la Volta se celebrará del 1 al 29 de septiembre.